La presente nota esta disponible en el sitio web:
http://www.ciudadocana.com/secciones.php?seccion=art_maga&id=182-------------------------
El cartel del musgo
ALVARO LOBO AMAYAEsta práctica antiecológica data de muchos años atrás y, desafortunadamente se ha perpetuado
Suenan campanas de navidad, se siente ya el olor a natilla y buñuelo y optimistas esperamos con ansiedad la Nochebuena y Año Nuevo. Todos estamos pendientes de la llegada del mes de diciembre y del Niño Dios, por ser este mes sinónimo de alegría, paz y reflexión. Pero tal vez lo que más identifica esta época del año son los pesebres o Belenes como se conocen en España y los adornos navideños en calles, almacenes y otros establecimientos comerciales y públicos. En cada hogar se quiere elaborar y tener el mejor pesebre y para ello, damos rienda suelta a nuestra imaginación y creatividad.
Hasta aquí, todo este sentimiento de regocijo y expectativa por la navidad es normal y lógico. Las cosas desde el punto de vista ambiental y de protección y conservación de nuestros recursos naturales se ven comprometidas por la terquedad de insistir en elaborar estos pesebres y adornarlos con musgos y otros elementos vegetales extraídos de los páramos y subpáramos localizados en las diferentes cuencas hidrográficas de nuestra geografía.
Esta práctica antiecológica data de muchos años atrás y, desafortunadamente se ha perpetuado, por la inoperancia de las autoridades ambientales que no han logrado con sus esquemas equivocados de administrar los recursos naturales de generar cambios de actitud en la población rural y urbana en torno al uso de estos elementos naturales en los pesebres.
No hay comentarios:
Publicar un comentario