No al uso de musgo en el pesebre

TOMADO DE NOTICIAS UNIVERSIA COLOMBIA
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En la época navideña, estas pequeñas plantas están de moda porque son utilizadas en muchos hogares para decorar los pesebres. Pero lo cierto es que su extracción sin control es muy dañina para el medioambiente.

Los musgos son unos organismos biológicos con una amplia distribución en el planeta. Tienen sus máximos de abundancia y diversidad en las zonas donde hay temperaturas bajas o intermedias, además de una alta humedad, como es el caso de los bosques andinos.

Aunque son unas plantas olvidadas desde el punto de vista ecológico y por su mismo tamaño, cumplen funciones muy importantes en los ciclos hidrológicos y biogeoquímicos del bosque. Sirven, además, como albergue para el establecimiento de muchas otras especies. “Son controladores de la erosión, tienen capacidad de almacenar grandes cantidades de agua. De hecho, son organismos con un alto potencial de uso en la industria farmacéutica y tienen compuestos antioxidantes y antifúngicos”, explicó Álvaro Duque, profesor asociado del Departamento de Ciencias Forestales.

Para el docente, la cosecha y el aprovechamiento del musgo solo es eficiente si se hace en plantaciones de ciprés. Esta afirmación, que surgió luego de una investigación liderada por el Grupo Conservación, Uso y Biodiversidad de la UN en Medellín y la Corporación Autónoma Regional del Norte y Centro de Antioquia, permitiría que los campesinos encuentren una alternativa económica y sostenible para comercializar estas plantas, pero, sobre todo, no habría un impacto negativo en el medioambiente.

Para el profesor, uno de los más preocupantes problemas es la cosecha indiscriminada de musgos en ciertos ecosistemas, lo que puede tener un efecto sobre la regulación del ciclo hidrológico, aumento de erosión y pérdidas de suelos. “Por ejemplo, los bosques secundarios ubicados en zonas aledañas a Medellín podrían verse mucho más impactados por la cosecha indiscriminada de musgos”, dijo.

¿Una solución? Duque explicó que puede ser cosechado de manera sostenible y lo mejor es hacerlo bajo plantaciones de ciprés (donde se encuentran en mayor abundancia), como ocurre en el corregimiento de Santa Elena. “De eso ya se han hecho informes, que han sido entregados a la Corporación Regional Corantioquia, en los cuales proponemos que una rotación y ciclo de cosechas bajo el sistema de aprovechamiento que tienen los campesinos locales de aproximadamente un 20% de las existencias anuales permitiría mantener las poblaciones actuales en tamaños que son viables y sostenibles”, explicó.

El profesor explicó que a pesar de que se haga esta recomendación, la realidad es otra, hay una veda legal. “Para eso, se requiere que haya una organización comunitaria muy bien estructurada porque, cuando se diga que eso se puede hacer, los campesinos van a arrasar con todo porque no hay una cultura de aprovechamiento sostenible”.

“La gente que trabaja con musgo lo hace a pérdida. Es decir, colectan un bulto y lo venden por cinco mil pesos en el mercado ilegal sin precios competitivos que generen ganancias. Lo que falla es la comercialización de los recursos, porque como no vale nada, ellos tampoco lo valoran lo suficiente”, concluyó.