Pese a su importante tarea en la naturaleza, año con año grandes cantidades de musgo son extraídas de los bosques para venderlas como "elemento esencial" de los pesebres en la época navideña.
Durante un recorrido por los diferentes mercados y parques de la capital en compañía de José Linares, botánico consultor de Salvanatura, se comprobó cómo la extracción de estas especies silvestres, que han logrado desarrollarse en un periodo de 15 a 20 años, son destruidas en un abrir y cerrar de ojos para venderlas, y con la alta probabilidad de que su destino final sea el bote de basura.
El experto determinó que en los musgos y plantas silvestres que se ofrecen en las ventas de mercados y plazas habían entre diez y quince especies diferentes, entre helechos, bromelias, anturios y peperomias, pero sobre todo las orquídeas, las cuales están en peligro de extinción, debido a que sólo crecen en árboles viejos.
Este es el caso de la orquídea llamada técnicamente Macroclinium bicolor, cuyas flores son moradas con blanco y su hábitat se da en alturas de 1,500-1,700 metros en bosques montañosos.
Una de las peculiaridades que encontramos a lo largo del recorrido fue la presencia de la Tillandsia plagiotropica de la familia de las bromelias, planta considerada endémica, debido que es única en El Salvador y se da en ambientes frescos en un clima entre 1,300 y 1,500 metros de altura como puede ser en la Laguna de Alegría y Parque Montecristo.
Otra planta fue la Huperzia, pariente de los helechos y una de las más primitivas del planeta.
También están las bromelias, cuya función es similar a un tanque de agua, porque en su interior permite que crezcan otros organismos como pequeños anfibios o reptiles.
"Es valioso porque es parte de nuestra biodiversidad. Muchas veces pensamos que lo valioso es sólo lo que nos puede servir para algo, pero las especies encontradas en las ventas son especies que tiene todo el derecho de existir. Cumplen un papel ecológico", expresó Linares.
La extracción del musgo de los bosques pone en peligro el equilibrio natural de los suelos, puesto que estos cumplen un papel irreemplazable en el ecosistema: protegen los suelos desnudos, cubren rocas, brindan condiciones óptimas de humedad y nutrientes para que germinen, además impiden la erosión.
Los vendedores ofrecen el producto, que comúnmente es llamado "pellejo", desde dos dólares hasta los 15 ó 20 dólares, dependiendo del tamaño de la pieza que desee el cliente.
"Gracias a Dios siempre lo vendemos todo, no nos queda nada porque la gente lo busca bastante, todos los días nos viene a ofrecer la venta son grandes redes que traen", expresó una de las vendedoras de la Parque Bolívar.
Hasta ahora, como en tantos casos ante el deterioro ambiental, no existe normativa gubernamental que evite su libre comercialización ni mucho menos existen proyectos de conservación de flora nacional.
Opciones
El musgo en los pesebres puede ser reemplazado con siembras de maicillo en pequeñas maquetas o papel de reciclaje.
También se puede usar el llamado papel césped, que tiene pegada viruta de madera pintada de verde.
Otros materiales que se pueden usar y son de bajo costo son arena, piedritas, cascajo, aserrín, cartón, retazos de telas y sacos de papel.
El objetivo es no deteriorar más el medio ambiente, sino contribuir al cuido de la naturaleza.
TOMADO DE: elsalvador.com
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